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IV.- LA PROGRAMACIÓN ORIENTATIVA

Según John Argenti, la programación consiste en determinar las metas a largo plazo de una empresa considerada como un todo, para luego generar planes ideados para alcanzar dichas metas.


Contexto en que tiene lugar: el futuro previsible.

El contexto en que la programación tiene lugar, es dentro del futuro previsible, y para que sea real es preciso conocer la naturaleza del mundo en el que se realiza. La estructura del futuro, si es que se puede decir que algo tan fluido, complejo y tan enormemente varado pueda tener estructura, es preciso conocerla, tal como es y no como instintivamente nos la imaginamos.

Frecuentemente suele considerarse la programación como la señalización de una ruta en el futuro que nos lleve a un destino prefijado. Así pues, lo único que precisamos para ello es contar con un buen plano. Pero, desgraciadamente, no podemos diseñarlo. Tal vez sea posible contar con uno o dos puntos inciertos de referencia, algunas líneas de desarrollo que merezcan un cierto crédito y bifurcaciones en unas cuantas direcciones, pero la mayor parte de las zonas del plano estarán vacías o pertenecerán al campo de la duda y el vacío. A la hora de predecir el futuro, la incertidumbre es absoluta y solamente la probabilidad tiene un cierto sentido. El futuro es absolutamente abstracto, no podemos verlo, palparlo, medirlo o probarlo, sino únicamente pensar en él, y es por ello que tendremos que simplificar en nuestra mente su estructura y su contenido. Programar en un mundo así, no es tan sencillo como lo pudiera parecer, pero es parte de la propia vida y sin la programación no sería posible que ninguna operación de tipo industrial pudiera sobrevivir durante mucho tiempo.

Al programar, tendremos que predecir el futuro, aunque sea parcialmente y sin certeza; anticipamos el futuro, pero sujetándolo a un replanteamiento continuo. Este futuro, el que está dentro del contexto que nos interesa, no sigue, en su cadena principal, la línea prevista de encadenamiento entre sus eslabones, además, se hace cada vez mas indeterminado conforme vamos ampliando la escala del tiempo y el acontecimiento nos sorprende continuamente. Contamos con un plano imperfecto e incompleto y tal vez nos falten en él los puntos de referencia importantes. Los programas los tenemos que elaborar en condiciones de incertidumbre, incertidumbre que aunque muy someramente vamos a analizar.


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Condiciones de incertidumbre del futuro.

El cambio es más fácil de estudiar que el propio mundo a plazo de diez años, puesto que lo tenemos presente en todo momento, y es algo que por otra parte ha tenido lugar a lo largo de la historia de la humanidad. Es posible por tanto observarlo e incluso discernir su naturaleza. El determinista lo considera como un sistema de interrelación entre causa y efecto, y aunque resulta imposible concebir una analogía que nos permita representar la configuración de la experiencia, lo cierto es que la causa y el efecto siguen siendo fundamentales para nuestro raciocinio, y si queremos comprender una situación determinada, lo que haremos será tratar de identificar sus causas; pero muy frecuentemente solo podemos seleccionar y destacar los factores mas significativos en forma retrospectiva.

Causa y efecto se pueden analizar como una reacción en cadena, cuyas ramificaciones se multiplican sucesivamente en cada nueva unión, en un proceso sumamente rápido que se hace imposible seguirlo o contrastarlo; además una sola causa produce o puede producir incontables efectos; por otra parte, tampoco existe una relación de que las causas grandes provoquen grandes efectos, y así, una causa pequeña, insignificante y totalmente desapercibida, origina efectos sumamente importantes, como puede suceder de la forma opuesta. En un futuro tan enormemente complejo rara vez pues, podremos determinar con precisión o certeza el curso que va a tomar un cambio, una alteración o un nuevo factor que se introduce; y cuando la incertidumbre adquiere tal magnitud y los datos son incompletos, es mejor para nuestros propósitos servirnos de los métodos estadísticos, recurrir a la probabilidad, aunque tengamos que ser sumamente cautelosos en su aplicación.

Se da a veces el caso de que es preciso inventar una forma artificial, que se nos corresponde con una situación real o un sistema dinámico. Los modelos econométricos, precisos con frecuencia para poder manipular los datos en los ordenadores, han supuesto un éxito en la predicción a corto plazo de las necesidades de consumo, las cifras que se manejan son grandes y los periodos de tiempo no suficientemente largos, como para que puedan surgir factores que no se hayan tenido en cuenta; si se amplía la escala de tiempos, el azar crece constantemente y la extrapolación se nos convierte en una fórmula extremadamente vulnerable. No son pues las tendencias superficiales las que tenemos que extrapolar, sino las causas que existen bajos ellas y que en la práctica resultan difíciles de determinar.

Los procedimientos econométricos solamente pueden tener éxito, si relacionamos constantemente los datos con la realidad y tratamos de anticiparnos al impacto de los sucesos intermedios. La empresa, forma parte de un supersistema, del cual nunca la podemos aislar, y un factor o un millar de ellos combinados en el entorno, pueden hacer variar totalmente una tendencia que parecía haber quedado establecida desde hace años; factor o factores que pueden estar, tal vez, completamente desconectados de nuestros intereses del momento.

Un modelo econométrico es una analogía de trabajo de una situación real que aunque modifique sus parámetros individuales de acuerdo con las variaciones de la situación real, mantiene la correspondencia de otros parámetros significantes. Normalmente, el modelo opera en tiempo, excluyéndose los parámetros que no aparezcan significativos. En la práctica estos modelos de trabajo suelen ser innecesarios o resultar demasiado costosos, y las analogías naturales solamente sirven para proporcionarnos la guía que nos conduzca a una expresión matemática apropiada; por tanto, los modelos son casi siempre matemáticos, con la ventaja de poder utilizar para su cálculo el ordenador.

En programación, un modelo pudiera ser una analogía tetradimensional en el espacio y en el tiempo, que estuviera expresada en una serie de relaciones matemáticas, que se correspondieran en los aspectos fundamentales con el sistema en estudio. La correspondencia se establece en tres dimensiones espaciales, utilizándose la cuarta para el pasado, ya que cuando se trata del futuro, es preciso abandonar inevitablemente la relación uno a uno, pues nada nos hace pensar que el futuro sea el único elemento desconocido de la ecuación en la que se conocen el resto de las variables y nada nos puede hacer suponer que modelar la realidad en tres dimensiones y media, nos va a permitir el modelo determinar con éxito la otra media.

La conclusión a obtener de lo expuesto, no es que las predicciones sean totalmente inútiles en la programación a largo plazo de la empresa, sino que sencillamente no nos dan la solución para diseñar un mapa detallado del futuro. Habrá que adoptar técnicas, aunque sean imperfectas, de predicción, pero tendremos que saber perfectamente cuales son sus deficiencias.

En cualquier sistema el nivel de predictibilidad se halla en relación inversa al número, proximidad y magnitud de los elementos conjugados, de su casuística de orientación y de la escala de tiempos, y en relación directa con el grado de aislamiento de los factores externos y la magnitud del control. El número, la proximidad, el control y el aislamiento se hallan claramente vinculados puesto que no existe un sistema que se halle verdaderamente aislado.

La programación se lleva a cabo en un contexto en el que todas las variables inversas se hallan en un máximo, mientras que el aislamiento y el control lo están en un mínimo.

A continuación, analizaremos, una serie de conceptos que constriñen, ese abanico abierto que acabamos de exponer que es el futuro, y que sienten las bases para la definición de la empresa en concreto. Se trata pues, de asignarnos la parte del futuro que deseamos nos corresponda para nuestros intereses; dejar ya los conceptos tan puramente abstractos, para adentrarnos en aspectos mas cercanos y tangibles para nosotros y la práctica de la programación.


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