Fue fácil entusiasmarse ese verano en Boisán. A orillas del río Río Duerna, rodeado de chopos y robles, en unos terrenos que formaron parte del complejo de explotación aurífera de los romanos, y que por los avatares de la historia perteneció a la familia de un empresario conocido en su pueblo maragato y en todas partes como Cuarentavacas, el mismo, que allá por la década de los años cuarenta, se hizo cargo, por concesión municipal, de la plaza de toros de Astorga y volvió a reconstruir el coso, los muros y todas las instalaciones.

El número 107 de la Revista Excelsior, correspondiente a septiembre de 1990, nos informa de lo que allí se fraguaba:

De nuevo nos referimos a eso que podría llamarse el ATALAYA, o sabe Dios cómo.

Terrenos.- A pesar de las gestiones, muchas y laboriosas, no ha sido posible terminar de adquirir el prado hasta el momento. Una lástima, porque sería el campo de deportes tan necesario para muchos de los que van a pasar por Boisán.

Foto Jrf, septiembre 2005

Obras.- Se desmontó lo de Velilla. Cáritas Diocesana no sólo nos dio su permiso, sino que cedió todo gratuitamente. ¡Dios se lo pague! Aprovechamos puertas, ventanas, techo ..., todo lo aprovechable. Hemos construido en Boisán un barracón gemelo al de Velilla, 3 m. más de largo. Está hecho con bloques de cemento; algún día, cuando los albañiles estén más disponibles, se le pondrá como dicen “chapado de piedra”. El barracón está cubierto y cerrado; dentro hemos metido todo lo que teníamos en Velilla.

Una máquina ha hecho la explanación de lo que será la plaza del campamento, es decir, el lugar donde irán las tiendas. Son unos 1.500 m. Ahora habrá que echar tierra para poder sembrar hierba.

Luz.- Malas noticias. El señor responsable de Astorga y su zona acaba de decirnos que el transformador costará un millón de pesetas, y otro millón la línea. Es decir, dos millones de pesetas en total; no sabemos si incluido o no el proyecto técnico, enganche, etc. En cualquier caso esta cifra supera totalmente nuestras posibilidades. Así no podremos tener luz. Y conste que se han hecho más de diez gestiones en este asunto.

Proyectos inmediatos.- a) Agua potable. Existe la posibilidad de hacer una captación en una fuente a unos 900 metros de distancia y hacer la correspondiente traída con tubería de plástico. Unos cuantos estuvieron el sábado, día 8 in situ. La impresión es que no es tan difícil como en un principio se pensaba. Se están haciendo gestiones, ya que parece que convenía hacerlo pronto.

b) Luz. Ya queda indicado. Las alternativas de un generador, o las placas solares no resolverían las necesidades.

c) Obra dentro del barracón. Hay que hacer: cocina, despensa, W.C., enfermería, habitación para madres, mínimos servicios, que permitan seguir haciendo el resto de obras. Esto se podría conseguir si hubiera algunos albañiles que un par de fines de semana quisiera echar una mano. Ya sabemos lo ocupados que están, pero, si alguno quisiera hacer este sacrificio, y se ofreciera ... De verdad, ya casi no se atreve uno a pedírselo.

d) Tierra para la plaza. Los que han estado, habrán comprobado que, al hacer la explanación, aquello ha quedado lleno de piedras. Será preciso llevar cincuenta o cien camiones de tierra de un lugar próximo a fin de poder sembrar hierba. Una pala y tres o cuatro camiones podrían hacer esto en un fin de semana.

Planes.- La tentación está en arar todo esto de momento, y reanudar las obras para la primavera o el verano próximos. No falta razón a los que así piensan, sobre todo después del esfuerzo que se ha hecho.

Sin embargo, es muy posible que si no acometemos la obra completa ahora, aunque sólo sea edificar el otro barracón y cubrirlo y lo mismo lo de los servicios higiénicos, es muy posible digo, que nunca se llegue a hacer. La experiencia dice que el tiempo complica demasiado las cosas. No importaría que quedara lo de dentro por hacer.

Trabajadores.- Permitid una palabra de agradecimiento para todos aquellos que tan desinteresadamente han prestado su colaboración. Chicos y chicas, es muy difícil medir vuestro gesto, lo que a vuestra edad y en estos tiempos que creemos habéis hecho. Los mayores vemos las cosas de otra forma, ni os he pasado la mano por encima, ni lo hago ahora. Habéis podido hacer esto; sois capaces de mucho más. De vosotros dependen en gran parte el futuro de muchos otros chicos: estáis marcando camino. Y esto es muy comprometido, amigos.

A esos albañiles y a esas otras personas que, más de una vez han dejado lo suyo para ir a echar una mano, ¡qué les podemos decir! Me gustaría poner aquí con letras grandes sus nombres; pero tal vez sea mejor que la mano derecha no sepa lo que hace la izquierda.

Hay otros que no han podido ir, pero nos han prestado las herramientas y máquinas de su propiedad. No sé cómo nos hubiéramos arreglado sin esta ayuda. Podéis estar seguros de que vosotros también habéis sido trabajadores presentes allí.

Por último, hay personas que se han volcado: su trabajo, su presencia constante, sus gestiones, su ilusión ... Sin ellos nada de lo que se ha hecho se hubiera podido hacer. Y a éstos, ¿qué se les puede decir? Nada. Algún día alguien se lo sacará a colación.